EL IMPACTO ECONÓMICO DE LA GUERRA ENTRE RUSIA Y UCRANIA

El Banco Mundial soltó la noticia de que la guerra en Ucrania ha impactado negativamente en la recuperación económica de las economías emergentes y en desarrollo de Europa y Asia central. Pronostican que el crecimiento será un mísero 0.3% en 2023 por la eterna crisis de los precios de la energía.



Según el gobernador del banco central de Ucrania, “El sistema bancario ha sido sólido y ha funcionado sin limitaciones durante toda la guerra, a pesar de las enormes campañas terrestres y aéreas. Detuvimos las salidas de capital, adoptamos un tipo de cambio fijo y tomamos varias otras medidas necesarias para combatir la crisis. Y casi todos los bancos siguieron funcionando. Esta es una gran ventaja para Ucrania. Gracias a esto, se cuenta con financiamiento y pagos para apuntalar la economía, que sigue operando de forma plena. Recibimos ingresos derivados de impuestos, efectuamos pagos de seguridad social, recibimos asistencia internacional y podemos captar miles de millones de grivnas para apoyar a las fuerzas armadas”. A pesar de ello, la economía de Ucrania va a caer un 35%, y necesitan más de 349 mil millones de dólares para recuperarse, reconstruir y remediar el desastre. Según Anna Bjerde, "Ucrania sigue necesitando un enorme apoyo financiero mientras la guerra continúa innecesariamente, y también para proyectos de recuperación y reconstrucción que podrían iniciarse rápidamente.

La crisis energética desencadenada por la invasión ha llevado a un aumento significativo en los precios del petróleo, gas y carbón. Esto ha tenido un efecto dominó en la economía mundial, ya que muchas naciones dependen en gran medida de estos recursos para su funcionamiento diario. El encarecimiento de la energía ha elevado los costos de producción para las empresas, lo que se traduce en mayores precios para los bienes y servicios..

La inflación, como consecuencia de estos aumentos de precios, se ha convertido en un desafío global. Los hogares enfrentan mayores costos para mantener su nivel de vida, ya que los productos básicos y los servicios esenciales se vuelven más costosos. Esta situación afecta la capacidad de gasto de los consumidores, lo que, a su vez, impacta negativamente en la demanda de bienes y servicios.

Una de las principales razones detrás de estos cambios es la imposición de sanciones por parte de los aliados occidentales a Rusia. Estas sanciones, diseñadas para ejercer presión y condenar las acciones agresivas, han tenido un impacto directo en la economía rusa, afectando su capacidad para participar en el comercio internacional y acceder a recursos financieros. La imagen del impacto de las sanciones en la economía rusa refleja la magnitud de estas medidas. Se observa una disminución en los indicadores clave, como el crecimiento económico, la inversión extranjera y el comercio internacional. Las sanciones han creado un entorno económico desafiante para Rusia, que se refleja en la percepción negativa de los inversores y la salida de capitales.



Están advirtiendo que va a haber reducciones generalizadas en los pronósticos de crecimiento para 2023 en la región, con el riesgo de que haya daños económicos y ambiental, y que se frustre el comercio. Se destaca el impacto de la crisis energética en los países que dependen del gas natural, advirtiéndoles para que se preparen para la falta de gas y que saquen sus planes de emergencia. La guerra, la pandemia y el aumento de los precios de comida y combustibles nos están gritando que los gobiernos tienen que estar listos para lidiar con crisis fuertes. También, están poniendo el acento en que hay que modernizar los sistemas de protección social para manejar bien las crisis y los problemas que van a largo plazo.





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